Las
humildes hojas de la moringa son una inagotable fuente de valor nutricional. Gramo a gramo, las hojas de
moringa contienen siete veces la vitamina C de las naranjas , cuatro veces el
calcio de la leche, cuatro veces la vitamina A de las zanahorias, el doble de
la proteínas de la leche y 15 veces mas potasio que los plátanos.
¿Tienes oportunidad de recolectar
ramas de un árbol de moringa, de casa de un vecino, o de tu propio árbol?
Veamos como hacer polvo de moringa y así contar con esta valiosa fuente
nutritiva en nuestra cocina, empecemos:
Antes memoricemos unos
tips importantes:
·
Las hojas de moringa, por su alto
contenido proteínico y nutritivo, si no se almacenan adecuadamente, fermentan o
se dañan rápidamente, transformándose sus nutrientes en otras sustancias
residuales de esos procesos de fermentación / descomposición.
·
Por lo anterior es importante que
hagamos un correcto secado, en no más de 4días, de nuestras
hojas de moringa, para así mantener todos sus nutrientes y propiedades
antioxidantes
·
Unas hojas de moringa correctamente
secadas tienen un color verde vivo; en cambio, si
están mal secadas tienen un color oscuro y apagado.
·
Se deben colocar en un sitio que reciba
la luz solar, pero nunca el sol directo, cerca de una
ventana o en un horno a temperatura controlada (max 50 °C)
·
Si es secado al natural, se colocan a
las 9 am, que el sol empiece a calentar, y se almacenan a las 5 de la tarde o
cuando el Sol esté a punto de ocultarse
Empezando…
la cosecha
·
Ok, empecemos, 8 a.m., vayamos a nuestro
árbol y cortemos las ramas de tal forma que nos queden así:
·
En un mesón cerca de una ventana,
colocamos un paño, tela de algodón o lienzo, seco
·
Encima colocamos las ramitas de moringa
distribuidas uniformemente
·
4 p.m. si hubo buena temperatura de
secado veremos que las hojas se desprenden fácilmente. Si la habitación es seca
y resguardada de la humedad de la noche podemos dejarla allí. En cambio si en
la noche habrá humedad, procedemos a guardar nuestras hojas y ramas en cajas de
cartón o bolsas de papel grueso, o el mismo paño envolvemos y guardamos en
lugar seco.
·
Al día siguiente, 8-9
a.m., empieza de nuevo el calor del día, armamos nuestro mesón de secado,
deshojamos las ramas que faltan, en a noche se fueron aflojando nuevas hojas.
·
Este proceso se repite y debería tomar
un máximo de 4 días, por ello es importante una ubicación donde la
temperatura sea entre 35 °C y 40 °C, sin recibir luz solar directa
·
Una vez tenemos nuestra hojas secas,
deberían quedar como el orégano, de tal forma que si las frotamos se vuelven
polvo fácilmente
·
Ahora, en un procesador, colocamos
nuestras hojas secas y activamos, se vuelven polvo en unos segundos
·
Listo, tenemos nuestras hojas secas y/o
polvo de moringa, lo guardamos en envases con tapa lejos de la luz.
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